EL ESPACIO
Lo mismo que el sonido no puede existir sin silencio, nada puede existir sin la nada, sin el espacio vacío que permite ser. Todo objeto físico o cuerpo ha surgido de la nada, está rodeado de nada y eventualmente retornará a la nada. No sólo eso, sino que incluso dentro de cada cuerpo físico hay más "nada" que "algo". Los físicos nos hablan de que la solidez de la materia es una ilusión. Incluso la materia aparentemente sólida, incluyendo su cuerpo físico, es casi un ciento por ciento espacio vacío, tan vastas son las distancias entre cada átomo, comparadas con su tamaño. Es más, incluso en el interior de cada átomo hay, sobre todo, espacio vacío. Lo que queda es más parecido a una frecuencia vibratoria que a partículas de materia sólida, más como una nota musical. Los budistas han sabido esto durante más de 2.500 años. "La forma es vacío, el vacío es forma", afirma el Sutra del Corazón, uno de los textos budistas antiguos mejor conocidos. La esencia de todas las cosas es el vacío.
Lo No Manifestado no sólo está presente en este mundo como silencio; también impregna todo el universo físico como espacio, interior y exteriormente. Esto es tan fácil de pasar desapercibido como el silencio. Todo el mundo presta atención a las cosas que hay en el espacio, ¿pero quién presta atención al espacio en sí mismo?
Usted parece querer decir que el "vacío" o la "nada" no es simplemente nada, que hay alguna cualidad misteriosa en ello. ¿Qué es esa nada?
No se puede hacer una pregunta así. Su mente está tratando de convertir la nada en algo. En el momento en que usted la convierte en algo, pierde su significado. La nada -el espacio- es la apariencia de lo No Manifestado como un fenómeno externo en un mundo percibido por los sentidos. Eso es todo lo que uno puede decir sobre ella, e incluso así es una especie de paradoja. No puede convertirse en un objeto de conocimiento. No puede usted hacer un doctorado en "nada". Cuando los científicos estudian el espacio, generalmente lo convierten en algo y por lo tanto pierden completamente su esencia. No es sorprendente que la última teoría diga que el espacio no es en absoluto vacío, que está lleno de algún tipo de sustancia. En cuanto usted tiene una teoría, no es demasiado difícil sustentarla, al menos hasta que aparece otra teoría.
La "nada" sólo puede convertirse en una puerta hacia lo No Manifestado si usted no intenta atraparla o comprenderla.
¿No es eso lo que estamos haciendo aquí?
Absolutamente no. Le estoy dando indicadores para mostrarle cómo puede traer la dimensión de lo No Manifestado a su vida. No estamos tratando de comprenderlo. No hay nada que entender.
El espacio no tiene "existencia". "Existir" literalmente significa "perdurar". Usted no puede comprender el espacio porque no perdura. Aunque en sí mismo no tiene existencia, permite que todo lo demás exista. El silencio tampoco tiene existencia, lo mismo que lo No Manifestado.
Así pues ¿qué ocurre si usted retira su atención de los objetos del espacio y se hace consciente del espacio mismo? ¿Cuál es la esencia de este cuarto? Los muebles, los cuadros y lo demás están en el cuarto, pero no son el cuarto. El suelo, las paredes y el techo definen el límite del cuarto, pero no son el cuarto tampoco. Así pues ¿cuál es la esencia del cuarto? El espacio, por supuesto, el espacio vacío. No habría "cuarto" sin él.
Puesto que el espacio es "nada", podemos decir que lo que no está es más importante que lo que está. Así pues, hágase consciente del espacio que lo rodea. No piense en él. Siéntalo. Preste atención a la "nada".
Mientras hace eso, ocurre un cambio de conciencia dentro de usted. Esta es la razón: el equivalente interior de los objetos en el espacio, tales como los muebles y las paredes, son los objetos de su mente: los pensamientos, las emociones y los objetos de los sentidos. Y el equivalente interior del espacio es la conciencia que permite a los objetos de su mente ser, lo mismo que el espacio permite ser a todas las cosas. Así que si usted retira la atención de las cosas -objetos en el espacio- automáticamente retira la atención de los objetos de la mente. En otras palabras: no puede pensar y ser consciente del espacio o del silencio, por esta razón. Al hacerse consciente del espacio vacío que lo rodea, simultáneamente usted se hace consciente del espacio de la no-mente, de la conciencia pura: lo No Manifestado. Así es como la contemplación del espacio puede ser una puerta para usted.
El espacio y el silencio son dos aspectos de la misma cosa, la misma nada. Son una exteriorización del espacio y el silencio interiores, que son quietud: la matriz infinitamente creativa de toda la existencia. La mayoría de los seres humanos son completamente inconscientes de esta dimensión. No hay espacio interior, ni quietud. Están desequilibrados. En otras palabras, conocen el mundo, o creen que lo conocen, pero no conocen a Dios. Se identifican exclusivamente con su propia forma física y psicológica, inconscientes de la esencia. Y puesto que toda forma es altamente inestable, viven en el temor. Este temor produce una percepción profundamente equivocada de sí mismos y de los demás seres humanos, una distorsión en su visión del mundo.
Si una convulsión cósmica llevara al fin de nuestro mundo, lo No Manifestado permanecería totalmente intacto. Un Curso sobre Milagros expresa esta verdad muy agudamente: "Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto reside la paz de Dios".
Si usted permanece en conexión consciente con lo No Manifestado, entonces usted valora, ama y respeta profundamente lo manifestado y toda forma de vida que hay en ello como expresión de la Vida Una que está más allá de la forma. Usted también sabe que toda forma está destinada a disolverse de nuevo y que en últimas, nada de lo que hay allí afuera importa tanto. Usted ha "superado el mundo" en palabras de Jesús o, como Buda dijo, usted ha "cruzado a la otra orilla".
LA VERDADERA NATURALEZA DEL ESPACIO Y DEL TIEMPO
Ahora considere esto: si no hubiera nada más que silencio, no existiría para usted; usted no sabría lo que es. Sólo cuando aparece el sonido el silencio empieza a ser. De la misma manera, si sólo hubiera espacio sin objetos en él, no existiría para usted, Imagínese a sí mismo como un punto de conciencia flotando en la vastedad del espacio, sin estrellas, sin galaxias, sólo vacío. Súbitamente el espacio ya no sería vasto: no sería en absoluto. No habría velocidad, ni movimiento de aquí hacia allá. Se necesitan al menos dos puntos de referencia para que la distancia y el espacio nazcan. El espacio empieza a ser en el momento en que el Uno se hace dos y al "dos" convertirse en "diez mil cosas", como Lao Tse llama al mundo manifestado, el espacio se vuelve más y más vasto. Así que el mundo y el espacio surgen simultáneamente.
Nada podría ser sin espacio, sin embargo el espacio es nada. Antes de que el universo surgiera, antes del "big bang", si quiere expresarlo así, no había un vasto espacio vacío esperando ser llenado. No había espacio, puesto que no había ninguna cosa. Sólo había lo No Manifestado, el Uno. Cuando el Uno se convirtió en "las diez mil cosas", repentinamente el espacio parecía estar allí y permitió a la multiplicidad ser. ¿De dónde surgió? ¿Fue creado por Dios para acumular el universo? Por supuesto que no. El espacio es no-cosas, por lo tanto nunca fue creado.
Salga a mirar el cielo en una noche clara. Las miles de estrellas que puede ver a simple vista no son más que una fracción infinitesimal de lo que hay allí. Se pueden detectar ya mil millones de galaxias con los telescopios más potentes, cada galaxia como un "universo aislado" que contiene miles de millones de estrellas. Sin embargo lo que sobrecoge más es la infinitud del espacio mismo, la profundidad y quietud que permite a toda esta magnificencia ser. Nada podría ser más sobrecogedor y majestuoso que la inconcebible vastedad y quietud del espacio y sin embargo, ¿qué es? Vacío, inmenso vacío.
Lo que aparece ante nosotros como espacio en nuestro universo percibido por medio de la mente y los sentidos es lo No Manifestado mismo, exteriorizado. Es el "cuerpo" de Dios. Y el milagro más grande es este: esa quietud y vastedad que permite al universo ser no está sólo afuera, en el espacio, también está dentro de usted. Cuando está absoluta y totalmente presente usted lo encuentra como el tranquilo espacio interior de la no-mente. Su interior es vasto en profundidad, no en extensión. La extensión espacial es en últimas una percepción errónea de la infinita profundidad, un atributo de la única realidad trascendental.
Según Einstein, el espacio y el tiempo no están separados. Realmente no lo entiendo, pero creo que lo que dice es que el tiempo es la cuarta dimensión del espacio. Lo llama el "continuo espacio-tiempo".
Sí. Lo que usted percibe externamente como espacio y tiempo son finalmente ilusorios, pero tienen un núcleo de verdad. Son los dos atributos esenciales de Dios, infinitud y eternidad, percibidos como si tuvieran una existencia fuera de usted. Dentro de usted, ambos tienen un equivalente interior que revela su verdadera naturaleza, así como la suya. Mientras que el espacio es el tranquilo e infinitamente profundo reino de la no mente, el equivalente interior del tiempo es la presencia, la conciencia del eterno Ahora. Recuerde que no hay distinción entre ellos. Cuando el espacio y el tiempo son comprendidos en el interior como lo No Manifestado -no-mente y presencia- el espacio interior y el tiempo continúan existiendo para usted, pero se vuelven mucho menos importantes. El mundo también continúa existiendo para usted, pero ya no lo atará.
De ahí que el último propósito del mundo no esté dentro de él sino en la trascendencia del mundo. Lo mismo que usted no sería consciente del espacio si no hubiera objetos en él, el mundo se necesita para que lo No Manifestado sea realizado. Puede que usted haya oído el dicho budista: "si no hubiera ilusión no habría iluminación". En últimas lo No Manifestado se conoce a sí mismo a través de usted. Usted está aquí para permitir que el divino propósito del universo se despliegue. ¡Esa es su importancia!
Particularmente estos parrafos fueron muy importantes para mi, no sé si decir que lleno un vacio o de alguna forma me hizo calmar una inquietud que tuve desde niña. Me encanta este libro, lo simple que vuelve todo lo que uno ya sabe y siente pero que de alguna forma somos incapaces de aceptar.
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