“Soy humilde para reconocer que el corazón tiene la razón”
sentir tu respiración, estar cerca de ti y de tu palpitar… tantas cosas trae la
noche, que me arrojo a tus brazos.
Y la historia comienza cuando el cierra los ojos, ella se
pierde en él, le confía su vida, sus secretos, sus lágrimas. Ella abraza su
alma, lo vibra, lo inhala y exhala. El tiempo se detiene, porque para ella sólo
existe el ahora y en esa magia ella está con él.
He recorrido galaxias, soles y lunas… he estado en tanto y
hoy me percato de ti. Me basto un instante, unas palabras para reconocerme en
tus ojos, para vibrar en tu alma, para sentirte en mi ser.
Ver su quietud la enamora, esa calma que transmite al
descansar el cuerpo. Y por un instante ella piensa ¿me estará soñando? Sin darse
cuenta que ella ya lo sueña despierta.
Siempre he sido la historia, hablo de mi vida como algo
pasado. Porque en el pasado se puede borrar lo que se siente, porque en el
tiempo los sentimientos se pierden. Hoy hablo de ti en mi presente, lo que
eres, lo que siento, lo que es.
Ella lo contempla, tener todo ese amor justo frente de ella
es casi un milagro. -¿Qué hemos vivido que hoy nos trajo aquí?- ella pensó.
Y mis miedos desvanecen, decido intentarlo… eso es
suficiente.
Que es la historia que recién comienza, la niña cósmica que
se arrojo al vacío para encontrar tus
brazos… es el inicio, es el fin… es mi todo.
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